El 1 de julio de 2019 nació este blog, y… OMG! ¡No me lo puedo creer! ¡Ya ha pasado un año desde entonces!
Si me sigues por Instagram (especialmente por Instagram stories, donde soy bastante activa) imagino que sabrás que estas últimas semanas de junio han sido un poco locura con mi trabajo. Por supuesto, tenía pensado hacer un post conmemorativo en las redes sociales y cuarenta mil ideas más, pero el cansancio ha hecho mella. De hecho, el único anuncio que hice ayer fue que el blog cumplía un año y que debido al ajetreo laboral pensaba tomarme el día libre y alejada de pantallas y dispositivos digitales.
Sin embargo, tengo unos amigos maravillosos que me organizaron una fantástica fiesta sorpresa por el aniversario del blog. Fue una velada fantástica en la Azotea de Benito, uno de mis sitios favoritos de Las Palmas de Gran Canaria. No faltaron ni las risas, ni la tarta, ni la vela, ni Blat vodka. Una noche para el recuerdo. Me siento muy afortunada y agradecida de que hayan tenido la idea de este pequeño homenaje. Ya os lo he dicho, pero quiero hacerlo también desde aquí: ¡muchas gracias!
En fin, no quiero aburriros con un post largo haciendo balance de cosas que han pasado este año, tanto de los momentos buenos como de los difíciles. Un año es mucho y poco tiempo a la vez. Desde luego, todavía no estoy donde me gustaría estar (viviendo de mi blog, como podrás imaginar) pero los pasados 366 días me han acercado un poquito más a mis objetivos.
De hecho, si fuese tuyo el caso en que le estás dando vueltas en tu cabeza a un proyecto o idea, mi consejo es que empieces. Después ya habrá tiempo para aprender, corregir, cambiar cosas; lo importante es tomar acción.
Hace unos días la consultora digital Virginia Valladares me invitó a su podcast «Píldoras de conocimiento» para hablar sobre Viviendo Lencería desde el punto de vista del negocio digital. Si te interesa saber más, te recomiendo su escucha. Desde este link puedes acceder a la entrega en la que intervengo.
Gracias por este año
Cuando digo «gracias» lo digo de corazón. A veces hasta a mí misma me da un poco de reparo sonar repetitiva por la cantidad de veces que la digo, pero creedme que es porque así lo siento.
Así pues, desde aquí (¡de nuevo!) me gustaría agradecer a toda la gente que se ha interesado por este proyecto, que me ha apoyado, que me ha ofrecido su ayuda, que me ha animado incluso en los momentos de bajón (creedme, los hay). Gracias por creer y confiar en mí, y sobre todo por animarme a seguir adelante.
Gracias también a ti, que estás leyendo estas líneas, que navegas por el blog, que me sigues en las redes sociales, que interactúas conmigo en los comentarios o por mensajes privados/email. Si alguna vez te he ayudado, me siento muy agradecida de que hayas confiado en mí. No sé si puedes llegar a entender cuánto significa esto. Al fin y al cabo, tú también formas parte de Viviendo Lencería.
Si acaso acabas de llegar, te doy la bienvenida y espero que disfrutes el contenido del blog.
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Gracias 🙂
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